lunes, 31 de agosto de 2009

La Terrible Historia de Asombrosa Caída


Sábado 29 de abril de 2009… son aproximadamente las 12:15 am y el rey diurno al micrófono da por concluido el festival rock por la influenza 09 de la siguiente manera:

¡Iiiia se acaaabooo estu señoras y ieñores!, perooooo, la verdad, la netaaaaa…

¿No creen queeee es demasiiiiado tempreeno pa’dejar de psstiar?

Estas palabras expedidas directo de la mismísima boca del rey David, iluminaron los pensamientos, estómagos y gargantas de la gran masa de alcohólicos empedernidos que permanecía a la espera de un nuevo lugar para continuar con la ingesta de tan sublime elixir.

Y una pregunta se develo en mi pensamiento:

¿Quien carajos tendría la iniciativa de proponer su casa, o patio, o ya cuando menos una cochera que nos sirviera para continuar bebiendo y conbebiendo en esta celebración tan honorable?

Nadie, absoooolutamente nadie hermano.


Fue entonces que supe que si quería seguir bebiendo, no tendría mas remedio que proponerles marcharnos al cuarto de ensayo de la banda; ya que sin duda, era el sitio mas cercano y seguro en el cual podríamos continuar festejando sin mayor problema.

Decidido esto, me apresure a informarles a todos y en especial al diurno (que se encontraba interpretando a todo pulmón una rolita de su mítico héroe James Douglas Bumbury) que ya había encontrado un excelente lugar para continuar bebiendo.

La mayoría estuvo de acuerdo. Y todos juntos pero separados, nos dirigimos hacia las entrañas de una larga, pero larguiiiiiiiiiisima velada.

Los primeros en arribar al lugar: fuimos el Diurno y su servidor, y como ya es una costumbre cada que se llega al ranchou, le dije que sacara un leve de jade para ponchar un gallardo y fumárnoslo tranquilamente en el lugar de costumbre; total, teníamos tiempo en lo que comenzaban a llegar los invitados a la celebración.
Diurno asintió con la cabeza, y con mucho trabajo: dado que ya se encontraba bastante borracho, saco el yeid de su bolsa y lo puso en mi mano. Yo lo tome y le propuse que nos fuéramos a fumar a la gradería: que es el lugar donde habitualmente fumamos. El accedió, y sin demora nos pusimos en marcha.

Una vez que llegamos a dicho lugar, tome con mi mano el encendedor azul del Diurno y sin demora alguna: le di fuego al toke.
Al poco rato de que comenzamos a devorar el flavio, decidimos unánimemente recargamos a reposar tranquilamente en la mini terraza blanca del lienzo. Que como saben los que ya la conocen, se encuentra justo detrás de la gradería principal de la entrada. Y por dios que estábamos tan a gusto quemando el bosque, que para cuando recordamos que esperábamos a mucha más gente, el tiempo se había esfumado tan veloz como lo hace el Jonson en manos del rey.
Así que para cuando pude reaccionar y tomar conciencia de este hecho, la mayoría de las personas había llegado, y de hecho se había dirigido lógicamente hacia donde nos encontrábamos nosotros.

Mmta el plan no era quedarnos aquí, pensé, pero igual no vislumbre mayor problema: total, que diferencia puede haber entre pistear un en un cuarto de ensayo o hacerlo en una gradería. Al fin de cuentas es lo mismo, además, yo ya agarre la concha y me da pereza desplazar a toda la gente hacia el otro punto: así que aquí nos quedaremos, chingue a su ma.

Poco a poco fueron apareciendo todos los personajes oscuros que querían continuar con la celebración y la fiesta del vino 2009. Y en el ambiente del lugar se comenzó a respirar la presencia y el potente olor a vino de algunos animales trasnochados; Uno de ellos, era nuestro actor principal de aquella noche: el sr Carlos Besenthal. Que por cierto, arribaba súper animado a la fiesta; ya que como nos comentara posteriormente el guru Samuel Hernández: Charly había estado bebiendo enormes cantidades de whisky cuando se encontraba en el Tokin, y como consecuencia de su abultada ingesta, se sentía realmente bien, se paseaba por aquí y por allá, saludaba a hombres y animales por igual, cagaba el palo a diestra y siniestra, todo cooool, ese es su innegable e inconfundible estilo. ¿O no?

Mientras el comandante Besenthal se daba un festín estilo romano sobre la gradería del ya mencionado lienzo, yo me encontraba en joda yendo y viniendo a abrir la puerta de entrada, ya que la banda nomás no dejaba de llegar. La verdad que esta situación me estaba llevando lentamente y poco a poco hacia un oscuro y violento colapso mental. Así que antes de que mi volcán interior escupiera de forma brutal toda su nociva lava, decidí serenarme, “contar hasta diez” y dirigirme inmediatamente en dirección a la botella de juanito el caminador que aguardaba por mí en las nobles manos del GRAN Charly Besenthal..

Me dirigí directo hacia donde aguardaba la bolla de whasky; y en cuanto pude prepararme y beber mi vaso de pisto bien frió: me sentí alegre y gustoso de continuar por mucho mas tiempo con la peda; a pesar claro esta, de las constantes idas y vueltas que me tendría que aventar para abrir la puta puerta (como lo escribiera el maestro Javier). Total, todo bien por fin. De repente, de la nada aparece el buen Francis que me obsequia un rooster que acaba de forjar, y yo en lo profundo de mi interior le agradezco infinitamente. Arrebato de su blanda mano su creación y me dispongo a devorarla; Cuando repentinamente se aparece frente a mi Carlitos Besen. Hay weyyyy, pensé, y al verlo parado tan cerca de mí; en una reacción impulsiva, lo único que pude hacer: fue ofrecerle amablemente una fumada de mi porro. Contra todo pronostico, mr. Besenthal estiro su mano derecha, tomo el Flavio con sus dedos índice y pulgar e inhalo el humo en 4 ocasiones. Al finalizar este procedimiento, me devolvió el Johny con total naturalidad de pacheco y exhalo el humo a sus anchas.

Charly disfrutaba ENORMEMENTE de la fiesta; en ese momento, para mi, Carlitos ostentaba el segundo lugar en cuanto a alma fiestera se refiere; porque es indudable que el día de hoy, el Diurno, ostentaba la corona de dicha categoría, y para esas horas de la madrugada, francamente se veía difícil que alguien le pudiera arrebatar el trono de la especialidad.
De pronto, y antes de que pudiera arreglar las ideas en mi cabeza: Besenthal se despidió con gran animo de mi, me dio las gracias por los fumes y se marcho. Tan solo para proseguir mas animado que nunca con su habitual cagades de palo. Lo había decidido, ahora sus victimas serian Belén y Gordo, por lo que Carlitos se dirigió hacia donde se encontraban los susodichos abrazados, y blasfemó como cuchillito de palo:

¿hey, hey, hey, porque ustedes dos están abrazados si no son novios?

Y justo antes de que nuestro héroe pudiera expulsar su singular y estridente risa burlona, de la boca de Belén salio disparado un terrible grito:

¡Aguas Charly, no te vayas a cae…

Al escuchar este inesperado grito, mi cabeza giro en automático solo para ver en slow motion la caída de nuestro héroe Carlos Besenthal hacia el ruedo de arena del lienzo. Fueron cuatro segundos de respiración contenida y fueron dos metros y medio de caída libre hacia su destino.

¡Nuestro héroe había caído!

El sonido del impacto de su cuerpo: de un metro con noventa y cuatro centímetros de largo por 120 kilos de peso, fue ensordecedor. En cuanto pude reaccionar, trate de acercarme a la tarima para ubicar el lugar donde Carlitos se había desplomado y verificar que se encontrara en buen estado. Pero antes de que pudiera dar el primer paso hacia el frente, nuestro héroe apareció girando como si fuera tapete desenvolviéndose y quedo inmóvil, boca arriba, en estado de shock y en total silencio.

Todo mundo se había paralizado durante el breve lapso que duro la caída del valiente; pero en cuanto todo había terminado las reacciones no se hicieron esperar. Gritos y risas igualmente estridentes se dispararon en todas direcciones e inundaron pronto la atmósfera del lugar.
En ese momento, todo me parecía irreal, justo como una tragicomedia. Y de pronto lo primero que pude distinguir en medio del caos, fue un agudo grito de mujer que exclamaba:

¡Se cayó Charlyyyyy!

Acto seguido, el maestro Samuel se repone mágicamente de la pedota que se cargaba, y justo antes de que su esposa (alma) pudiera gritar:

¡Samuel, no te vayas a aventar!

El heroico maestro se encontraba ya en el aire y volaba en dirección hacia el lugar donde Carlitos reposaba inmóvil y mudo. No supe en ese momento que pretendía el maestro saltando hacia el lugar de la tragedia, ya que se encontraba totalmente alcoholizado; apenas unos minutos antes yacía dormido como bebe sobre el regazo de Alma su esposa, y ahora se encontraba volando por los aires, sin importarle un comino su integridad física solo para poder rescatar a su amigo Besenthal. (Realmente que grande es el maestro Samuel)

El Samy aterrizo mal hecho a un costado de sir Carlos Besenthal, y enseguida se acostó a dormir a su lado. El Sr Carlos no daba muestras de vida, por lo que mucha gente se precipito a bajar por las escaleras, que por cierto, se ubicaban a 10 cm de donde el gran Samuel saltara hacia el vacío.

Cuando al fin pude llegar a la escena, nuestro compañero Besen ya se encontraba diagnosticado por uno de esos supuestos paramédicos que nunca faltan en este tipo de celebraciones. Era uno de esos que seguramente solo estudiaron una clase de primeros auxilios en la primaria, y de repente ya son todos unos expertos en la materia. Además de que claro, siempre un acto de heroísmo y valentía como ese no esta de más para generar una buena impresión con las féminas ahí presentes. Nuestro misterioso “paramédico” había salido de la sombra para decir: aquí estoy nenas, véanme como tomo el control de esta crisis y lo soluciono todo.

Total que este sujeto comienza a examinar al sr Charly y atinadamente comenta: tiene un brazo roto. Pues claro que tiene un brazo roto pendejo, nomás hace falta ver lo grotesco de la posición del brazo en relación con el hombro. Creo que para deducir estas cosas hasta el mismo Besenthal. Que en ese momento se encuentra recostado sobre la superficie del lienzo tratando de deducir como es que el estaba abajo y todos los demás arriba. Pero bueno, el tipo continúa, es todo un profesional y se toma muy enserio su papel de pseudo paramédico, toca aquí, mueve allá y como es evidente en un profesional de los primeros auxilios; cada movimiento y toque es precedido por la pregunta: ¿sientes dolor aquí, allá, acullá? el tío es realmente una chingoneria. Y bueno, cuando al fin esta mega reata termina su meticulosa revisión, concluye de la siguiente manera: el brazo esta roto, todo lo demás esta bien. Así que lo que necesito que traigan son un par de tablas para poder entablarle el brazo.
Wow…


En ese momento yo solo podía pensar una sola cosa:
“esa es la idea mas estupida que haya escuchado jamás, además…
¿Quien se supone lo va a entablar?, ¿el supuesto paramedico?...

Pobre Charly… de verdad creo que ya valió madre.


En medio de la confusión, me aleje del lugar del incidente en busca de las mentadas tablas. Para mi lo lógico fue dirigirme hacia el cuarto de ensayo, ya que como bien saben todos los que algún día han estado por allí; es una especie de mansión para cucarachas y ratas que habitan en plenitud entre las pilas de objetos arrumbados que dan ambiente al lugar. En fin, cuando me introduje en el cuarto note algo extraño, ya que el único foco funcional del lugar se encontraba prendido. Que raro, pensé; y continué avanzando por el pasillo principal, cuando de repente… ¡oh sorpresa!, el dios se encuentra pistiando absolutamente solo en la barrita del cuarto de ensayo, y como una inmensa coincidencia, lejos y aislado de donde se suscitaba la tragedia. Al verlo me acerque rápidamente hasta donde reposaba y le dije: se cayó charly y se rompió la madre. A lo que prontamente me respondió: que baboso. Y todas las palabras que sucedieron a estas, hacían referencia a la misma idea, por lo que me limite a escucharlo y buscar las malditas tablas de shit. Cuando al fin pude encontrar una más o menos decente para la operación, la tome entre mis brazos con gran fuerza y regrese al lugar de la tragedia. Perdí de vista al dios cuando abandone el cuarto.

Logre regresar a mi punto de partida y note que la paranoia se había incrementado en los espectadores de la tragedia. Así que trate de no intimar en detalles con nadie a mi alrededor y me dirigí hacia donde se encontraba el “paramediquito” para entregarle las tablas y que hiciera lo suyo. Pues tal vez solo así podríamos continuar con la celebración. Pero cuando el pseudoparamedico hecho un ojo sobre las tablas que sostenía en mi mano y asumió que seria el quien tendría que entablar a nuestro héroe Besenthal; comenzó a advertir que la mejor opción en este caso, indudablemente era hablarle a una ambulancia, claro esta, para evitar cualquier contrariedad y demanda posterior sobre su persona o la de Besenthal.

¡Vaya!

Por fin una puta idea lucida en medio de la idiotez.

Acto seguido: el maestro Samuel aparecía totalmente recuperado de entre la nada. Y por su gran similitud con el también maestro Jesucristo. Me pareció estar experimentando una forma de resurrección como la que sucediera hace ya más de 2000 años; solo que esta vez, no había resucitado para subir al cielo, sino que lo había hecho para salvar a nuestro pobre diablo Carlos Besen.

Samuel se paro firme como tronco a un lado de Charly, y sin decir mucho, logro levantarlo y ponerlo de pie, y una vez conseguido esto, nuestro guru, inteligentemente lo dirigió hacia la zona donde se encontraban estacionados los carros.

Por fin, parecía que todo se había solucionado; solo faltaba la ultima muestra de altruismo, la mas grande de toda la noche: ¿Quién carajos iba a llevar a Carlitos Besenthal hasta el hospital? Y por ende a perderse de la peda, que para entonces ya estaba bastante avanzada y por ende difícil de dejar. Había que tener un corazón gigante para cumplir con esta proeza. Y por fin en medio del silencio, la pregunta fue arrojada:

Bueno, entonces…

¿Quién me hace el paro de llevarme al hospital?

Tómala cacheton; un silencio abrumador se apodero de inmediato de la escena, y yo en medio de este gran hoyo negro, me sentí tentado a decir “YO” contra toda mi voluntad. Y es que pobre cabron. Sin embargo, esto no sucedió gracias a la redentora voz del mariposa Vázquez que pronuncio solemnemente: yo lo llevo. WOW; al escuchar estas palabras mi corazón brillo de alegría. Por fin, al finnnnnnn todo parecía terminar.

Despedí a Charly con un: “suerte caon”, y al mariposa me limite a decirle: “vete con cuidado carajo”. Pero lo único que realmente quería en ese momento, era otro puto whisky heladísimo y poder al fin olvidar toda esta fanfarria. Mariposa prendió el motor del carro y arranco. Pero poco antes de que pudiera darme la vuelta y dirigirme ansioso por mi bebida, pude escuchar el grito de nuestro héroe a todo pulmón que pronunciaba un mesiánico consejo aprendido lamentablemente a la mala por el sr Besenthal:

¡Te dije puto, las drogas destruyen!

Acabado de decir esto, una sonrisa se dibujo en mi rostro.

Hasta el momento no logro recordar si esta sonrisa fue provocada por la arrepentida frase de nuestro valiente héroe, o solo porque sabía que por fin iba a poder seguir bebiendo sin interrupciones. Al parecer nunca lo sabré. Lo que si se, es que toda historia tiene su conclusión, y esta no es la excepción como nos lo mostraran las reflexivas palabras del dios.

Pinche dios ¿Qué opinas de la lamentable caída del niñosaurio?

Hasta cierto punto: estuvo bien que se cayera el Charly.

AMEN

viernes, 31 de julio de 2009

De entre mis sueños.

De entre todos lo sueños que me han despertado, hay uno que con regularidad me acompañó, uno que desde temprana edad me mantenía atraído a su contenido. En el siempre veía un día calmo, con una suave brisa, de esas que pellizcan, siempre disfrutaba de la caída de pequeñas gotas en mi cara al girarla hacía el cielo, al abrir mis ojos podía ver un cielo de tipo gris acero, en donde me era fácil leer una palabra, una que no comprendía y siempre al leerla despertaba de este sueño. Jamás llegue a despertar asustado o sobresaltado de el, despertaba, tranquilo, apaciguado. siempre al tratar de recordar aquella palabra nunca lo lograba, podía ver una vocal o de repente una consonante pero jamás la palabra, podía recordar el aroma de la tierra húmeda, el sabor dulce de las gotas que llegaban a mis labios después de recorrer mi rostro, pero jamás la palabra que leía de entre las nubes. Entre mas quise repetir aquel sueño, menos constante se hacía, con el paso del tiempo, este me olvido por completo, como yo a la duda que este generaba en mi.

Han pasado años, largos años desde aquel sueño, se me ha vuelto a presentar, sigo parado donde mismo, mirando en la misma dirección que cuando niño solo que ahora con ciertos cambios; las gotas que en este sueño pruebo de mis labios, ya no golpean mi rostros, se deslizan desde mi frente a mi boca, son mas calidas y saladas, es sudor lo que me escurre por mi cara, ahora es trabajo a lo que me sabe mi sueño. Esta vez aquella palabra se vislumbra plena en el cielo, la puedo leer y se lo que dice, esta dice – vejez -. Al dar por entendido esto, comencé a tratar de darle respuesta a mi alucinación.

Por cada día que este sueño acudía a mi, nuevas cosas se agregaban o podía percibir; aquel cielo gris tan fresco y tranquilo, ahora siempre era obscuro como solo la madrugada puede serlo, mis manos no sentían mas los pellizcos de aquellas gotas frescas que en mi rompían, esta vez llenas de callos, solo sentían la tierra entre los dedos, la brisa ya inexistente, daba paso a un sofocado ambiente. De este viejo sueño ahora tan cambiado, ya no despierto sereno o tranquilo, mucho menos asustado o jadeando, esta vez despierto cansado, agobiado, me despertaba dándome a la tarea de no pensar en el, evitándolo así en mi día, cada que por completo lo olvidaba, el volvía a mi, solo por las noches nunca en una corta siesta, como si necesitara de la noche larga para hablarme. Al cabo de varias semanas se presentaron unas cortas ‘’vacaciones’’, un corto fin de semana, pero al fin y al cabo para mi, vacaciones.

En este fin de semana decidí darme el tiempo de pensar en lo que este sueño trataba de decirme o darme a entender. Con forme mi viernes termino, no llegue a nada, en esa noche se presento de nuevo, casi todo era igual en el, por primera vez volteaba hacia atrás para ver donde me encontraba era fuera de mi casa, la casa donde crecí, esto fue totalmente nuevo para mi ya que en anteriores ocasiones nunca llegue a quitar la mirada del cielo. Llego el sábado, igual lo dedique a pensar en este sueño, que ahora me ofrecía mas para darse a entender. Durante la tarde caí dormido, tal vez un poco arto por un día sin mucha actividad. Por primera vez se me presento en un siesta; esta vez pude ver el sueño de mi infancia, mas nítido que nunca, mas vivo que en otras ocasiones, esta vez me encontraba en una colina, llena de pasto, verde como una alfombra, de una forma tan hermosa los colores le daban intensidad a esta fantasía, había árboles de tipo estepa, esos que no son muy frondosos pero proporcionan una muy agradable sombra , la llovizna caía como en el pasado sobre mi cara, al pasar mi lengua por mis labios de nuevo tenia aquel dulce sabor, mis manos de nuevo disfrutaban los pellizcos de aquellas delgadas gotas, solo una cosa vario de este reencuentro, en el cielo no había mas que leer, solo estaban las nubes reunidas, dejando caer la suave brisa. Desperté como de cualquier siesta, un poco cansado, solo cene y me dirigí a la cama.

El domingo llego, en esa noche de sábado, al menos que yo lo recuerde, no soñé nada. Desperté vital, como regenerado, y fue ahí que la respuesta a mi sueño llego. En mi sueño infantil, no entendía lo que leía ya que en esa etapa de mis sueños existía un gran espacio para la imaginación, entre mas trate de darle respuesta, razonarlo o comprenderlo, mas se alejo de mi, representando así mi madurez. Ahora con estas nuevas variantes, las interpreto de tal forma que entiendo que dichos cambios a mi tierno sueño, representan el cambio en mi vida: la monotonía del trabajo, no llueve dulce sobre mi frente, esta vez solo recorre mi rostros lo salado de la adultes, mis manos cansadas no disfrutan mas, han aprendido a desempeñar tareas. En el cambio de mis sueños, entiendo el mensaje que me tratan de explicar y llego así a una conjetura: en la madures dejamos de mirar de aquella manera tan pueril, por lo tanto el entorno cambia en nuestros sueños al crecer, esto es por que perdemos la inocencia, nos perdemos a nosotros en la búsqueda de respuestas, en nuestros problemas.

La vida era mas divertida cuando era ingenuo.

jueves, 18 de junio de 2009

Gastronomía...de porque elegir carne asada y no pollo frito.


No es tan difícil elegir que comer cuando se tienen muchas opciones. Me refiero a que algunas veces lo único que quieres es comer y si no eres tan exigente podrás pobrar lo que sea solo para saciarte. Pero cuando se trata de carne asada es mucho más que sólo llenar el estómago. Totalmente contrario a elegir pollo frito, que va desde lo sencillo hasta casi llegar a los insípido y aburrido; éste último adjetivo puede parecer fuera de lugar, pero tomando en cuenta que comer es un placer, cuando te alimentas esperas algo “divertido”, quiero decir, algo que te deje el mejor sabor de boca. Esperas mucho más que unas piezas de pollo frito.

Cuando piensas en carne asada te vienen a la mente las caras de tus mejores amistades, momentos memorables y hasta la sonrisa que te obsequió la hija rubia del dueño del negocio donde trabajabas.

Carne asada es sinónimo de celebrar y festividad. Si alguien cumple años, si terminaron las clases, si se reunirán después de meses, si se va a dar una buena noticia, si es día de tal o cual… en realidad no importa tanto el hecho, importa la carne asada.

Ya estás recordando los complementos: música de fiesta, la cerveza que sujetas con la mano izquierda, la salsa recién hecha y los cacahuates medio rancios que no importan cuando piensas en lo bien que se ve la hermana de tu amiga que te acaban de presentar

Cuantas veces haz escuchado: “Va a haber carne asada en casa de Juan”, de Carlos, de Patty, de Cristina o de quien sea. En un lugar el lenguaje no miente y en una frase haber sustituido decir la razón del festejo por lo que “va a haber” de comer, semiótica y socialmente dice mucho. Dice la importancia que la carne asada tiene para una sociedad entera.

¡Patético sería escuchar! “Va a haber pollo frito en casa de Gustavo”. ¡Nadie asistiría! Gustavo se quedaría toda la tarde esperando a que llegaran los invitados en compañía de su novia si tuviese, del único inadaptado que nunca falta y del pollo frito sin chiste en un día gris.

Ya está por demás mencionar las características propias de la carne asada como su atrayente olor y su jugoso sabor, pues con el siguiente silogismo te darás cuenta del valor verdadero y secreto que la carne roja y lista para asar, guarda celosamente:

>>En muchas culturas el placer está relacionado con la maldad. Comer carne es tan placentero que algunas religiones tienen prohibido comer carne en ciertas fechas del año. Curiosamente en esas fechas puedes comer carnes blancas, como pescado, o claro, pollo frito<<.

martes, 2 de junio de 2009

Bendito placer....


Drawings by Ryan T. Riss.


El miedo a la tristeza es inminente en nuestra naturaleza y la mayoría basa su felicidad en cosas tan banales que no se dan cuenta que esta, es igual que las cosas que los hace felices, es nada. Entonces me pregunto; si nuestra felicidad es inexistente, ¿por que somos tan felices? Y como respuesta auto concebida siempre encuentro la misma salida; el humano es un mitómano por naturaleza, crea su propia grandeza para no sucumbir ante se endeble carácter, crea festividades, para todos los días poderse decir que se estiman y no sentirse solos, festejan cada año el día de su nacimiento para decirse a si mismo

- el día en que yo nací, fue un día distinto, ¡yo nací! -,

no es que no comparta estas viejas costumbres, es solo que me doy cuenta de que nuestra felicidad es tan flaca que necesitamos recurrir a esto y sin darnos cuenta caemos en ese circulo tan viciado.

Estos patrones de conducta son modelos que nadie ve mal, ya que todos los repetimos, pero cuando un individuo se comporta de forma distinta, es desechado de nuestra sociedad, tan llena de su doble moral y entonces es ahí que se conoce al raro, al marcado, el señalado, el que todos los días vive con el dedo del prejuicio como compañero y no le teme, para el, es su mejor amigo , para el es el que le ayuda a crecer y dejar de ser uno mas, de entre esa multitud tan resignada y temerosa.

Entonces me doy cuenta de que el hombre necesita placeres no felicidad.

jueves, 28 de mayo de 2009

El despertar...


Hace un tiempo; yo solía caminar por la tierra como cualquier otro de mi condición, y al igual que la mayoría, solo tenia oídos para escuchar a los sabios de mi clan.
Formaba parte de una gran manada de hombres y mujeres; que con miedos en el alma y lagrimas en el corazón, dedicaban su tiempo a enseñarme su gran arte: “El arte de correr en estampida”. Corrían a gran velocidad sobre los caminos que sus antepasados le habían enseñado, y yo les seguía imperturbable y devoto como el más fiel de los creyentes.

Sus fines y motivos eran variados, sin embargo, todos sus caminos y anhelos deseaban convergir en el mismo mar dulce, en ese que ostenta por nombre: “Felicidad”. Avanzaban como una gran masa voraz que destruía todo lo que opusiese resistencia a su paso y en sus oídos guardaban con recelo las incisivas palabras de los sabios. - que eran para ellos, alimento vital para continuar su camino-.

“todo lo que estorbe entre nosotros los hombres y nuestro mas preciado fin: ¡debe ser aniquilado!...
Pero no se preocupen por la severidad de esta última palabra hermanos...
¡Porque nuestro fin justificara nuestros medios!”…

Así deleitaba un sabio los oídos y corazones de la manada.

Esa era mi vida; y se presentaba ante mi corazón, como una densa sombra que lo eclipsaba todo con su abrazo. Me sentía como un animal sediento, perdido a mitad del desierto más árido y calcinante de todos.- era tan abrumadora la sequía de aquel desierto, que todo el tiempo me conformaba con beber el agua impura y nociva de los oasis del ocaso-.

Mi única felicidad verdadera y profunda en esos días era poder ¡correr!, correr y sentir el viento en la cara, correr y sentir el alma desbordarse en los senderos luminosos de la tierra, correr y sentir mi vida reflejarse en su vida. ¿Qué importaban para mi los anhelos de mi manada?, si mi mar dulce se encuentra lejos de donde reposa el suyo.

Todo fluía ligero y natural mientras corría, y poco a poco comenzaba a desenterrar mi fin verdadero. Sin embargo, con el andar de los días vislumbre una verdad que desmoronó aquella realidad. Y es que por primera vez en mi recorrido, no me encontraba corriendo por senderos de natural libertad y belleza. – como siempre había creído- Sino que me postraba sobre un gris y áspero camino de concreto, cuadrado e infinito. ¿Habrá sido construido por los hombres? Pensé, y con una mezcla de escepticismo y fe, decidí avanzar por su vereda.

Continué mi carrera habitual, ahora sobre los bloques opacos del camino, sin ningún agobio, sin ningún temor, todo se manifestaba sereno en mi recorrido; cuando de pronto, sin dar ningún aviso, mi alma me cuestionó severamente:



¿Qué es lo que encontrare para mí al final de este camino?...

¿Es en verdad su fin a donde quisiera llegar toda alma de hombre?...

Y si así fuese…

¿Será verdad que todas las almas ansiamos obtener el mismo fin?...




Estos pensamientos detonaron en mi mente de manera estruendosa y provocaron la parálisis inmediata de cada uno de mis músculos. Mi cuerpo cayó difuminado y sereno, de la misma forma como lo hace la noche cuando diluye la tarde. Y finalmente, aterrizó en un verde prado que crecía por un lado del camino; en el cual lentamente y poco a poco comenzó a esfumarme.

El golpe de la caída fue severo y logró desconectarme de la realidad por un momento; mas cuando pude regresar , me sentía ligero, casi inexistente, transparente como el cristal del rió sereno. Pude sentir la desbordante fuerza de la felicidad primitiva avanzando a gran velocidad a lo largo de mis venas, y experimentar el vuelo impetuoso de mi mente hacia los primeros pasos del camino: donde todo galopaba vertiginoso a mi alrededor y donde descansaba cálido y protegido en los brazos de mi especie.


Mi mente nadaba en retrospectiva mis recuerdos justo ahí, en el verde prado que había decidido vivir a un lado del camino. Nuevas ideas nacían en su jardin como bellas flores en primavera, y yo presentía en su nacimiento mi propio despertar.

De pronto, con la velocidad de un pestañeo, una fuerte corriente de aire golpeó mi costado con fuerza brutal y me elevó potente hacia las alturas. Pude sentir su flujo intenso e incansable en mi cuerpo, y mi corazón se llenó de claros amaneceres. Luego, de manera inesperada y mientras mi cuerpo levitaba el cielo, entraron retumbando por mis oídos las palabras mas dulces y alentadoras que hubiese escuchado alguna vez:

“A partir de este momento, tú ya no perteneces a la tierra. Tu destino esta ahora en los altos cielos. Derrama tus últimas lágrimas por las cosas terrestres que mas ama tu corazón, porque jamás volverás a bajar a sus caminos. Tu fin esta ahora, en la tierra más elevada, pero para acceder a ella, antes debes liberar todas tus cadenas”…

Cuando no pude escuchar más aquellas hermosas y liberadoras palabras, el viento comenzó a elevarme más y más, y poco a poco fui dejando el camino de los hombres atrás.

Comprendí desde lo alto la bella fragilidad de mi existencia, y por un momento agradecí poder sentir. Pero esta vez no se trataba solo de sentir la magia suave del viento en la cara: se trataba de ¡sentir!, sentir con todo el peso y profundidad de la palabra, sentir la miel derramarse en mi empolvado corazón, sentir los caudales de mi rió desbordarse; a eso le llamo yo poder ¡sentir!...


Me desplazaba como un rayo de luz resplandeciente a través del cielo encendido del ocaso, cuando mi mente recordó, y mi corazón extrañó: a mis hermanos: los hombres.

¿Será acaso que no habita dentro del alma de los hombres el malestar de avanzar por caminos hechos y pisados por miles?...

¿Acaso no vive en su alma el impetuoso empuje de la libertad?...

Esta reflexión, solo encontraba respuesta en mi impotencia de curar a los ciegos. Y fue esa misma impotencia, la que me provocó un profundo dolor que provenía de mar adentro, de mi oscuro mas dominante. Se originaba en las entrañas de mi alma y poseía una fuerza indomable: propia de lo sublime, de aquello que se extiende y vuela por encima de las cabezas de los hombres, de aquello que nace del furor primigenio. De ese furor que los corazones de los hombres jamás podrán crear ni mucho menos entender: porque este furor nace en el vientre de la “perfección”, que en cuestiones humanas siempre será una utopía.

No lo pude contener más. El dolor y el vació de la soledad provocados por mi impotencia de salvar a mis hermanos: y con ello salvar mi alma de la perpetua soledad. Se apoderaron de mi corazón, de mi cuerpo y de mi mente. Como un misil me desplomé hacia la tierra. Era un cuerpo inerte en caída libre hacia su muerte, tan trágica en ese punto como la naturaleza misma de su incomprensible existencia.

Sabía perfectamente que no había nada que pudiera salvarme de la caída, mis propias fuerzas estaban extintas. Solo algo tan poderoso como para salvar a un hombre de sus temores, de sus flaquezas y sobre todo de su “compasión”, podría cambiar el rumbo de mi destino. Fue entonces, cuando repentinamente, el viento detuvo de golpe mi caída.

Me detuvo con autoridad a unos cuantos metros de las copas de los árboles, desde donde podía contemplar todo lo que algún día formo parte de mi pasado, desde donde mi cuerpo reposaba estático y centellante como un sol creador de vida, desde donde mi mente delirante y extasiada trataba de asimilar su inesperada salvación, desde donde mis oídos no podían distinguir ningún sonido en el ambiente. Justo era ahí, el lugar donde parecía que todo estaba muerto y vacío –justo a la mitad entre el cielo y la tierra- donde el viento celestial, había decidido que arrojara mi última cadena.

Bajé mi vista hacia la tierra, tratando de encontrar alguna respuesta humana que aliviara a mi corazón de la profunda soledad que lo invadía, y con toda la fuerza de mi estomago y mis pulmones grité:



¡Hola hermanos, he venido a hablar con ustedes!..



Súbitamente de entre los árboles, aparecieron dos hombres que inmediatamente levantaron su mirada hacia donde yo me encontraba. Sorprendidos por mi condición de hombre volador, parecieron palidecer al verme y ver que era uno de ellos, uno que además de levitar el cielo, hablaba su mismo idioma. Sin decir una sola palabra que respondiera a mi saludo, uno de aquellos hombres corrió hacia un árbol y comenzó a trepar veloz entre sus ramas hasta alcanzar la cima. Se aferró con fuerza a la rama más alta y frondosa, y desde esa privilegiada posición, me gritó con toda la fuerza de sus entrañas:

¿Cómo es que has logrado levitar hermano?...

¡No levito, vuelo!, le conteste…

Al escuchar estas palabras, aquel hombre enmudeció, y yo no tuve otra opción que derramar más dulces palabras en sus oídos.

¡No temas hermano!, le dije.

Al trepar a ese imponente árbol, haz dado el primer paso para aprender a volar.

Contempla el panorama…

Nunca será el mismo que cuando transitas arrastrándote por el suelo…

Ten fe en tus instintos y no los reprimas, busca tu felicidad lejos de los rebaños: porque también el sufrir es fortalecer la vida.

Al terminar de pronunciar estas palabras, mi última cadena se había liberado, por lo que el viento comenzó a elevarme de nuevo hacia las alturas, y una última reflexión nació en lo profundo de mi corazón.

“Hoy me he dado cuenta, que no estoy ni estaré solo en las alturas, porque las almas que se han despertado de su perverso letargo no tardan en aspirar a los más altos cielos, porque es ahí y solo ahí, donde encontraran su eterna plenitud”.

miércoles, 27 de mayo de 2009

La verdadera Champions de Roma



¡Espartaco, retuércete en tu tumba! ¡Emperador Tito, revuélcate en tu sacrosanto aposento! ¡Roma, te conmisero en tu vergüenza! ¿A dónde se fue el espectáculo digno y la vergüenza deportiva?
Tuve el desagrado de ver la final de la Champions League esta tarde. Malísimo el partido, ambos equipos salieron a cuidarse, dos jugaditas, y ¡bang! Se acabó.
Qué tiempos aquellos cuando los espectáculos, sí eran espectáculos. Por ejemplo, los del coliseo romano.
¡Ay de aquellos días olvidados, de gloria humana, sin mariconerías de camisetas Nike, ni Fair Play aguafiestas! ¡Solamente gladiadores en sandalias, cara a cara contra otros indomables hombres! ¡o mejor aún, contra un oso, o un tigre; así, a espadazo limpio y sin espinilleras. Y al que pierda, no deshonrarlo con una medallita de segundero. No, sino honrarlos con una horripilante muerte en el foso de los leones.
Yo juro que si la historia hubiera sido otra, me hubiera ido bien en esa clase. O sea, si al futbol lo hubieran inventado en la época del Imperio Romano, joder que la historia sería mucho más justa y digna. Cómo envidio a los niños que nacerán en el 3022, y recuerden los días estos que vivimos más o menos ahora:
“…Y entonces fue así como Rudi Voller le escupió en la cara al negro Rijkaard… era una pena ver cómo se trataba a los negros en aquella época salvaje.”
Si el futbol hubiera empezado, como dije, en aquellos días, les juro que me faltaría quince veces más de prudencia para no emocionarme tanto.
“Nos encontramos en Roma, esta es la segunda edición de la Domitoris League, donde se enfrentarán los equipos de Catalunya contra los bárbaros del norte de las Britanias. Los británicos pelearán con falda de cuero y los catalanes con el culo al aire. El que pierda se irá a la mierda con los leones.”
Y empieza el juego, hay gran expectación, a la gente no le importa tanto el marcador, sino que al final irrevocablemente habrá un equipo entero para el festín de los leones. Se enardece el público, la versión de Iniesta gladiador romano es verdaderamente grosera, tiene una dentadura ocho o nueve veces más fea de la que conocemos, es un ídolo. Rueda la pelota (todavía en la primera edición, no era pelota, sino que jugaban con las cabezas de los del partido pasado, en el mercado se podía encontrar hasta hace días la cabeza del bárbaro Ballack autografiada por los gladiadores catalanes), el partido fluye como agua, no hay reglas boludas como el fuera de juego, no existen las faltas, a menos que el emperador así lo quiera. Además es lícito jugar con armas, Los arqueros degollan con mortíferas hachas a cuanto atacante se acerca a sus huestes. ¡Qué bonito es el fútbol! Además ninguno de los veintidós valientes usa gel en el cabello. Si acaso cascos con picos para los defensores.
Terminan las primeras cinco horas de juego, unos cuantos mueren de insolación, los que no pueden continuar son crucificados o, convencionalmente, arrojados a los leones hambrientos.
Es el espectáculo de medio tiempo, baila la versión romana de Shakira, pero en bolas, luego, sin perder tiempo es devorada por siete tigres siberianos, el pueblo la ovaciona como nunca en su vida. La gente aprovecha para ir al vomitorium, otros arrojan orines a los de las zonas más exclusivas del coliseo, es la fiesta del fútbol.

Y vuelven los jugadores a la arena, Puyol parece exhausto pero quiere seguir, el marcador es de veintitrés a veintiuno a favor de los catalanes… Y arranca el segundo tiempo, ahí tiene la pelota Eto’o en los linderos del área, Roma enmudece. ¡FLLLLIIIIIIIISHHHHHHH! El defensa británico le arranca una pierna de un tajo con la espada, el árbitro dice ¡No pasa nada, juegue, hágala! ¡Guardiola reclama penal, el emperador dice que no! Eto’o va directo a ya saben donde, sí, ¡a la fosa de los leones! Qué partido estamos viviendo señores, y lo mejor de todo, sin violencia en las gradas; hay familias enteras que vienen a vivir este auténtico guateque.
¡Falta solo una hora para que el encuentro termine, este convite, esta bacanal! El marcador está empatado, el lusitano Cristiano quiere llorar porque no ha figurado nada. Rafael Márquez no juega hoy porque sufrió una lesión en una pelea con un León antropofílico (es decir, que se siente atraído sexualmente por los humanos). Iniesta dientes macabros manda un centro, y… ¡AHHHHH! El soldado chaparrito remata, y es ¡¡¡GOOOOOOOL!!!! Esta noche los leones cenarán británico, ¡qué indigestión que les espera! Parece que hay un nuevo campeón, pero aquí quien siempre gana es el público, porque el espectáculo es genuino y emocionante. Sano además. Nada más deportivo señores. Buenas noches, y hasta la próxima

Y suben al pódium los ganadores, los saluda el emperador, los senadores, y hasta el mismísimo Zapatero. Los británicos no pudieron ni con su arma letal, Carlitos Tévez que había estado encadenado y con espuma en la boca hasta la mitad el segundo tiempo, lamentablemente para ellos, fue neutralizado, y ahora su cabeza cuelga en una esquina del Coliseo.

Qué final hubiera sido en aquella Roma, porque la de hoy… un espectáculo simplón, con presentadores aduladores que manipulan de la conciencia de las masas, esculpiendo así la noción general de lo que un espectáculo que vale la pena debe cumplir. El fútbol tendría que haber evolucionado con sus ancestros: los juegos del Coliseo.

lunes, 25 de mayo de 2009

No volveré a juntarme con Franco Pizzano.

No, que hijos de puta esto. Hijos de puta lo otro. Yo te lo digo mi amigo; acá no sabes para quien trabajas, nada. Así, "así de fácil", como dijo el puto gober.
Cuando se terminaron la última cerveza, en el baresuco horripilante pero baratón, las nenas decidieron irse, son amigas güey, no pienses que andábamos encima de la carne, ni nada. Todo fresco, caon.
Entonces íbamos por Vallarta, justo caminando frente al edificio de la UdG, y tú sabes papá, el caló del momento, todos hablando al puro pedo. Que si el viejo decía que la cerveza era una bendición del Cielo, que si yo le decía que se ahorrara el cuentito de diario. Que si para el "Diurno" once cervezas fueron nomás un tentenpié y que si sacábamos la coopera para la botella. No, mi socio, para mí ya estaba bueno; un traguito más y luego no hay quien maneje de vuelta. Pero unas cervezas si aguantábamos (el "Diurno" más). Y Bolio dice, pues saquen para un six, y ahí afuerita del Seven, todo tranquilo joputa, hasta que este puto de Franco dice: -Me quiero comer a fulana.- Bolio se ríe y lo manda al rifle, se mete por las chelas y nos quedamos afuera el animal de Franco, Viejo, yo y el Dios, que había estado calladito, calladito el marica.
-Neta que está re buena la fulana.- Insiste Franco Pizzano. -Hay que darle pero toda la salsa, maestro. Toda la salsa... joputa.
Para mí eso fue ave de mal augurio. Que la noche se iba a poner densa, porque la fulana a nadie le interesaba, y que el Seven de Vallarta sea testigo, mi buen, que todos pusimos de nuestra parte para que la buena peda se desenvolviera bien. Ya veíamos que Franco venía suelto de lengua, mi amigo, y quién sabe con ánimos de qué.
Ya sale Bolio con el six, y empezamos a tomar, ahí en el estacionamiento. Ilegales, mi hermano, en este país tomarse una cervecita donde no hay techo es un delito. Me cagüenlapoli.
Tomando, tomando, y en eso se mete un Beattle rojo al estacionamiento, lleno de púberes, tío. Juniors, papá; a lo mucho de dieciséis, diecisiete. Y con un Beatle rojo. Nostros, de veintidós, veintitrés promedio, no estaba Birri por cierto, que ya tiene su cuarto de siglo. Podría echarle la culpa de todo lo que pasó después al Viejo, porque cuando los vió atinó a decirnos "pinches mocosos pendejos"... Nos reímos. Sanamente tío, sin que ellos se dieran cuenta.
Todo mal cuando la mirada de Franco se cruzó con la del mocoso que iba al volante. Tú sabes, mi hermano, que sostenerle la mirada a alguien por más de dos segundos, al menos en este país, ya es causa probada de bronca. De menos una puteada recíproca sí te llevas.
Nos callamos. Silencio total, para el Dios todo normal, porque ese caramba mientras tenga pisto no necesita hablar nadita nada. No pasó nada. Nos reímos todos al unísono.
Pero ahí fue el principio del fin, caon. Porque se bajaron las viejas que iban en el Beattle, niñas tío, ni siquiera atractivas, menos buenas que Hitler sin cumpleaños. Y se quedan viendo, pasan por un lado, nadie dice nada y las mocosas se meten al Seven.
-La de morado se parece a la Sutana pero con menos tetas- dice Pizzano y todos se cagan de risa.
Ahí mismo volteo y el mocoso del Beatle, el que iba al volante, viejo. Se queda viendo, sabe el manazas, que nuestras burlas algo tienen que ver con ellos. Qué inseguridad de estos nenes, joder, total, si piensas que alguien se ríe de ti, tú ríete mucho más.
Pero no, estos chavales se creen de los machín rey.
Y que salen las nenas del Seven, qué desfiguro de muchachitas, carajo. Y juntándose con estos maricas de auto rojo.
-Puto el que me vea- dice Sutana versión menos tetas.
Dos segundos de silencio, luego los normales nos reímos de la pendejada. Franco no.
-¡PUTO TÚ PAPÁ!- le responde con la botella de Estrella en todo lo alto.
Los varones del Beattle no se meten, imgino que sienten que sus jainas ya los metieron en una bronca.
-Pinches maricones.-Nos grita otra mocosa con la finta de emo mal.
Otra vez los normales nos reímos, hasta el Dios, que hace un rato que se aburrió y se metió al auto a tomar escuchando el 960. Pero Franco no es normal, mi hermano, no es normal ese canalla.
-¡No tan maricones como tus amiguitos, Japuta!-. "Aquí seguro se prende la mecha", es lo que leímos cada quien en la mirada del de al lado.
Nada.
Las morras se suben al auto, ya se van. La verdad que todos sentimos el alivio compartido, porque nadie fue bueno para decirle a Franco "ya güey, aguanta un round", y bueno. No había necesidad de una bronca mayor, ¿o sí, mi hermano? Dímelo tú, a ver fiera.
Antes de que se vayan, va Franco prueba con el último cartucho, a ver si se prenden los vatos:
-¡Mua!
¡Les tira un beso el hijo de puta!... los llamó maricones, le dijo puto al papá de la Sutana, pero nada de eso sirvió, nada, nomás que tirarles el beso, ¡carajo! El chavito apaga el carro.
-¿Me tiraste un beso a mí? le pregunta retador el güey...
-¡Sí cómo ves?- Ya se dirige este cabronias para allá, y todos nosotros: "Ya bailó Bertha".
No alcanzamos a oír lo que dicen, pero el morro no se baja del Beattle, todo bien, maestro, todo bien, que aguanten los putazos, yo no tengo ganas de nada de eso, tío, neta.
Allá, se dan la mano, estamos confundidos viejo.
Franco ya viene para acá, con la bola, donde estamos todos. Parece que se acabó todo, cuando en eso estábamos, el vatillo le da en reversa como para amagar al Pizza, pero se frena el marico. El Pizza se voltea y "PATAPÚM" patadón en la defensa del Beattle, si de puro milagro no la sumió, ojalá así hubiera pateado el día de los penales, ¡joder, una y mil veces joputa!
Ahí sí todos nos escamamos, porque ya otra vez blandía la botella de Estrella por todos los cielos, ¡y se la iba a estrellar en el parabrisas de atrás!
-¡AGUANTA GÜEY! le gritamos, y hasta eso que bajo el arma y dio chance de que los nenes salieran pitando en chinga, pero nomás les dio media cuadra de venta, mi hermano, media puta cuadra y les tiró la botella que fue a reventarse en el tercer carril de Vallarta, de pura cajeta que no le dio. Se fueron los chavales.
-No, que hijos de puta, yo me caliento en breve, hijo.- Nos dice Franco el violencias. -¡Pinches mocosos jotos, se hubieran bajado, les parto su madre en tres, joputas, me cago en todo lo que se menea!
Entonces seguimos bebiendo, otra vez hablando de cualquier pavada. Se acabó el chiste, la puta madre.
El Dios sigue pisteando solo, calladito, ni se dio cuenta de nada el vato, puro HK. Bolio tranquis, Viejo quería ir a darse unos tanques, y yo ya quería irme a mi casa, pero bueno, siempre hay tiempo para tomarse la última antes de que llegue la poli y nos zurre. Puto Franco, siempre lo diré, es bueno tipo, pero un hijo de puta.
PARRATABURURURPÚM!!!!!!!!!!!
¡Cae una piedra justo en medio de nostros, estuvo a una nada de darle a algún auto, no te pases de cabrón! Apenas quince minutos, del altercado y ¡PAM! Alguien nos bombardea hijoputa, no debí tomarme esa última cervatana! Así sin pedos, sentí como peli tipo rescatando al soldado Ryan, cuando el vago se queda sordo por un minuto y no sabe qué pedo, namás ves correr a todos los putos en cámara lenta, pero no sabes qué pedo, hasta que ¡RRAAAAAAAAAA! vuelve todo el sonido y la velocidad normal de las cosas, y ahí tengo enfrente a un mocoso hijoputa con medio palo de escoba que me va a reventar en la cabeza. Pero el vato titubeo un segundo, como diciéndome, "te lo voy a tirar a la derecha, pa que quites, porque no quiero pedos, solo quiero verme chingón". Me lo tira a la derecha con todo el tiempo para que me saque, y en eso le digo:
-¿Qué pasa hijo de puta, qué quieres?
-Se pasaron de verga güey, se pasaron... ¡Y ME LA PELAN!
Estaba sobreexcitado el tío, o algo por el estilo, porque respiraba agitado y no sabía qué estaba haciendo.
A tres metros de nosotros estaba el Dios, que se enfrentaba contra el otro chaval mil veces malparido, y le decía:
-¡¿Dónde están tus amigos, cabrón, dónde están?!
-¿Cuáles amigos brother?- le responde el Dios, siempre tan ecuánime y mesiánico hasta cierto punto. Por un momento imaginé que le diría "el que esté libre de pecado que suelte el primer palazo" o una de esas frases bíbilicas que requieren mucho güevo para soltar.
-Tus amigos, los putos que corrieron.
¿Cómo que corrieron? Aproveché para mirar a ver si veía a alguien y nada, se los tragó la tierra en un segundo, mi hermano. Por Bolio y Viejo, está bien, no la debían ni la temían, pero... ¿el Franco?
Y ahora el Dios y yo nos enfrentábamos a dos pubertos armados con palos de escoba (creo que eran de plástico) y el provocador de todo había corrido. ¡A la mierda!
-¡Tu amigo me mandó un beso!- insistía el oponente del Dios.
El Dios tiene algo que lo ha ayudado a sobrevivir un sinfín de experiencias de este tipo: su capacidad de hacerse el boludo:
-¿Cuál amigo?, yo acabo de salir del auto.
Justo en eso estábamos cuando los chavales tiran inesperadamente los palos (uno cumplió con su deber ciudadano y lo tiró cuidadosamente en un bote de basura), entonces volteo y veo que vienen los guardias del edificio de la UdG, vienen hablando con sus radios, mi sangre. Los chavales corren y ahí es cuando les grito:
-¡Regresen maricones, vamos a arreglar esto, soplapollas!
Eso porque sé que me respalda la seguridad de la UdG.
Salen los demás tíos y sin despedirnos demasiado, nos subimos a los autos:
-¡Luego nos vemos caones, estos guardias ya le hablaron a la poli que hubo putacera en el Seven, no tarda en caer la patrulla!- dice alguien.
-Ya, mejor nos vemos en Chapultepec, pisteamos ahí donde están reparando, todavía quedan chelas- concluye el viejo.
¿Y si esos juniors hubiesen traído armas mi hermano?¿una navajita?¿una pistolita? Y todo por la culpa del mechacorta Pizzano, imagínate que así de fácil nos hubieran descontado a uno, y qué te cuento, cosas peores. Pero bueno, ahora me acordé que el "Diurno" no fue esa vez, lo estaba confundiendo con el ángel de los borrachos que nos contuvo esa noche.