viernes, 31 de julio de 2009

De entre mis sueños.

De entre todos lo sueños que me han despertado, hay uno que con regularidad me acompañó, uno que desde temprana edad me mantenía atraído a su contenido. En el siempre veía un día calmo, con una suave brisa, de esas que pellizcan, siempre disfrutaba de la caída de pequeñas gotas en mi cara al girarla hacía el cielo, al abrir mis ojos podía ver un cielo de tipo gris acero, en donde me era fácil leer una palabra, una que no comprendía y siempre al leerla despertaba de este sueño. Jamás llegue a despertar asustado o sobresaltado de el, despertaba, tranquilo, apaciguado. siempre al tratar de recordar aquella palabra nunca lo lograba, podía ver una vocal o de repente una consonante pero jamás la palabra, podía recordar el aroma de la tierra húmeda, el sabor dulce de las gotas que llegaban a mis labios después de recorrer mi rostro, pero jamás la palabra que leía de entre las nubes. Entre mas quise repetir aquel sueño, menos constante se hacía, con el paso del tiempo, este me olvido por completo, como yo a la duda que este generaba en mi.

Han pasado años, largos años desde aquel sueño, se me ha vuelto a presentar, sigo parado donde mismo, mirando en la misma dirección que cuando niño solo que ahora con ciertos cambios; las gotas que en este sueño pruebo de mis labios, ya no golpean mi rostros, se deslizan desde mi frente a mi boca, son mas calidas y saladas, es sudor lo que me escurre por mi cara, ahora es trabajo a lo que me sabe mi sueño. Esta vez aquella palabra se vislumbra plena en el cielo, la puedo leer y se lo que dice, esta dice – vejez -. Al dar por entendido esto, comencé a tratar de darle respuesta a mi alucinación.

Por cada día que este sueño acudía a mi, nuevas cosas se agregaban o podía percibir; aquel cielo gris tan fresco y tranquilo, ahora siempre era obscuro como solo la madrugada puede serlo, mis manos no sentían mas los pellizcos de aquellas gotas frescas que en mi rompían, esta vez llenas de callos, solo sentían la tierra entre los dedos, la brisa ya inexistente, daba paso a un sofocado ambiente. De este viejo sueño ahora tan cambiado, ya no despierto sereno o tranquilo, mucho menos asustado o jadeando, esta vez despierto cansado, agobiado, me despertaba dándome a la tarea de no pensar en el, evitándolo así en mi día, cada que por completo lo olvidaba, el volvía a mi, solo por las noches nunca en una corta siesta, como si necesitara de la noche larga para hablarme. Al cabo de varias semanas se presentaron unas cortas ‘’vacaciones’’, un corto fin de semana, pero al fin y al cabo para mi, vacaciones.

En este fin de semana decidí darme el tiempo de pensar en lo que este sueño trataba de decirme o darme a entender. Con forme mi viernes termino, no llegue a nada, en esa noche se presento de nuevo, casi todo era igual en el, por primera vez volteaba hacia atrás para ver donde me encontraba era fuera de mi casa, la casa donde crecí, esto fue totalmente nuevo para mi ya que en anteriores ocasiones nunca llegue a quitar la mirada del cielo. Llego el sábado, igual lo dedique a pensar en este sueño, que ahora me ofrecía mas para darse a entender. Durante la tarde caí dormido, tal vez un poco arto por un día sin mucha actividad. Por primera vez se me presento en un siesta; esta vez pude ver el sueño de mi infancia, mas nítido que nunca, mas vivo que en otras ocasiones, esta vez me encontraba en una colina, llena de pasto, verde como una alfombra, de una forma tan hermosa los colores le daban intensidad a esta fantasía, había árboles de tipo estepa, esos que no son muy frondosos pero proporcionan una muy agradable sombra , la llovizna caía como en el pasado sobre mi cara, al pasar mi lengua por mis labios de nuevo tenia aquel dulce sabor, mis manos de nuevo disfrutaban los pellizcos de aquellas delgadas gotas, solo una cosa vario de este reencuentro, en el cielo no había mas que leer, solo estaban las nubes reunidas, dejando caer la suave brisa. Desperté como de cualquier siesta, un poco cansado, solo cene y me dirigí a la cama.

El domingo llego, en esa noche de sábado, al menos que yo lo recuerde, no soñé nada. Desperté vital, como regenerado, y fue ahí que la respuesta a mi sueño llego. En mi sueño infantil, no entendía lo que leía ya que en esa etapa de mis sueños existía un gran espacio para la imaginación, entre mas trate de darle respuesta, razonarlo o comprenderlo, mas se alejo de mi, representando así mi madurez. Ahora con estas nuevas variantes, las interpreto de tal forma que entiendo que dichos cambios a mi tierno sueño, representan el cambio en mi vida: la monotonía del trabajo, no llueve dulce sobre mi frente, esta vez solo recorre mi rostros lo salado de la adultes, mis manos cansadas no disfrutan mas, han aprendido a desempeñar tareas. En el cambio de mis sueños, entiendo el mensaje que me tratan de explicar y llego así a una conjetura: en la madures dejamos de mirar de aquella manera tan pueril, por lo tanto el entorno cambia en nuestros sueños al crecer, esto es por que perdemos la inocencia, nos perdemos a nosotros en la búsqueda de respuestas, en nuestros problemas.

La vida era mas divertida cuando era ingenuo.